Thursday, January 12, 2012

Dilma se desmarca de Lula y le cierra las puertas a Teherán


El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, que acaba de emprender una gira por varios países de América latina (Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador), no visitará Brasil. Sin embargo, en los pasados gobiernos del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva ambos mandatarios se encontraron primero en Brasilia y después en Teherán.
¿Qué cambió desde que, en noviembre de 2009, el presidente de Irán aterrizara en Brasilia a pesar de las protestas de algunos sectores políticos y de varias asociaciones civiles, entre ellas la comunidad judía brasileña, herida porque Ahmadinejad niega el Holocausto?
¿Qué cambió desde que Lula devolvió la visita al líder iraní y defendió que había que respetar las diferencias culturales, aunque algunas puedan parecer violaciones de los derechos humanos?



Ocurre que ahora al frente del gobierno brasileño se encuentra la ex guerrillera Dilma Rousseff, que, a pesar de mantenerse fiel a su tutor y antecesor en muchos aspectos, ha cambiado las relaciones con Irán. Este año, Brasil redujo en un 73% el comercio con Teherán, debido tanto a las sanciones europeas y americanas como al deseo de Rousseff de mejorar las relaciones con Washington, a donde la mandataria viajará en breve.
Según algunos analistas, mientras que a Ahmadinejad le agradaba el pragmatismo de Lula, ahora le incomoda la intransigencia de la ex guerrillera contra la violación de los derechos humanos.

Clara diferencia

El presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, José Augusto de Castro, declaró al diario O Globo que la diferencia entre la presidenta y su antecesor en las relaciones con Irán "está clara". "El ex presidente es más político y Rousseff tiene los pies más en la tierra. La ideología es ideología y el comercio es comercio; en el comercio no puede haber ideologías", aseguró Castro.
Al gobierno de Irán tuvo que disgustarle que, el 5 de noviembre de 2010, antes de tomar posesión de su cargo, Rousseff afirmara en una entrevista con el diario norteamericano The Washington Post que de haber sido ella presidenta cuando Brasil se abstuvo meses atrás en la ONU en una moción que cuestionaba la violación de los derechos humanos en Irán, "no lo hubiese permitido".
Durante la entrevista, Rousseff fue tajante contra la pena de muerte por lapidación a las que han sido condenadas mujeres como Sakineh Ashtiani, cuyo caso fue seguido de cerca por la comunidad internacional.
La presidenta brasileña afirmó entonces: "Como mujer no puedo aceptar esas prácticas de características medievales. No existen excusas. No haré concesiones en esos temas".
Después de la entrevista con el Washington Post, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó Brasil y elogió encarecidamente a Rousseff. Y ahora la mandataria brasileña se prepara para devolverle la visita, indudablemente para apoyar la reelección de su par norteamericano.
Con estos precedentes, Ahmadinejad prefirió, lógicamente, no volver a aterrizar de nuevo en Brasil.

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