El mundo árabe engloba a un conjunto de países muy heterogéneo pero con características comunes, y con un sistema legal basado total o parcialmente según el caso, en la ley islámica o sharia, pero donde tradicionalment, en casi todos los países, el respeto a las llamadas otras religiones del libro, ha estado presente. Sin embargo, las nuevas tendencias ideológicas que afloran de nuevo en la región, de mayoría musulmana, donde el radicalismo de Al Qaeda u otros grupos extremistas está a la orden del día, ha hecho que 2010 termine siendo recordado como uno de los peores años para las minorías cristianas de la región.
El ataque de primero de año a la iglesia copta de Alejandría, ha sido una dura señal de alerta a las comunidades cristianas de los países árabes ante la amenaza creciente de Al Qaeda y el terrorismo islámico. Eran los primeros minutos de 2011, cuando los fieles de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, veían como la ansiedad terrorista terminaba con la vida de 23 fieles, que simplemente habían cometido el error de congregarse para rezar como sus tradiciones marcan. Son varias las incógnitas que se desprenden detrás de este brutal atentado, y son muchas más las preguntas éticas o de conciencia que uno se puede cuestionar. Por el momento, lo que sí parece cada vez más claro es que Al Qaeda se encuentra detrás del atentado. Las informaciones de la prensa local de ayer, trabajando bajo intensa presión, publicaban tímidamente que las últimas investigaciones de las autoridades del país apuntan a una relación entre los atentados del Cairo de 2009 y el último atentado de Alejandría.
La hipótesis iría en la dirección de que los explosivos usados en los atentados son de gran similitud. En todos los casos se encontraron restos de dinamita y cable eléctrico, y se apunta a elementos extranjeros como cerebro de las operaciones. Por el momento, las autoridades del país han detenido a siete personas por su posible vinculación con el atentado, que llega dos meses después de que militantes de Al Qaeda amenazaran a las iglesias coptas de Egipto. Bajo este umbral de incógnitas aún por resolver, el enfado y la desesperación de la comunidad copta egipcia crecen, y la comunidad se siente desamparada bajo un estado musulmán que no la protege como sus expectativas esperan. La comunidad copta egipcia representa aproximadamente el 10 % de la población del país, unos 8 millones de ciudadanos, que en un silencio sectario viven en un país de mayoría musulmana que se rige por la ley de emergencia desde hace ya 30 años.
Lo que muchos egipcios se preguntan es cómo, a pesar del estricto control, se han producido estos atentados. Entre ellos las comunidades coptas, que no han dudado en vencer el miedo y salir a la calle a protestar contra la última carnicería terrorista. Las manifestaciones de fieles desesperados las noches siguientes al atentado en Alejandría y El Cairo, han sido una muestra inusual en este país, donde la minoría cristiana, siempre se ha caracterizado por vivir bajo el silencio y pasar desapercibida. Manifestaciones espontáneas se han sucedido en los alrededores de las iglesias, mostrando pancartas y el enfado de una comunidad que se siente olvidada y discriminada. El atentado, que todavía no ha sido reivindicado, es el clímax de una realidad que muchos parecen no querer ver: la fijación terrorista islámica hacia otras minorías en la región. Son muchas las webs islamistas que han publicado listas de iglesias coptas en Egipto e incluso instrucciones de cómo atacarlas. Las iglesias coptas, ya en estos últimos meses, han tenido que reforzar la seguridad de sus fieles, y más después de este último atentado que para muchos ha supuesto un punto de no retorno en la convivencia interreligiosa en el país.
No obstante, no ha sido sólo la comunidad copta egipcia la única que ha sufrido la vejación terrorista. El 2010, nos desvelaba también el rostro cruel de la persecución cristiana en Irak. El jueves pasado, una nueva oleada de 14 bombas sacudía los barrios cristianos de Bagdad dejando dos muertos y 16 heridos, y aumentaba un grado más, la ya insostenible tensión que los cristianos sufren en este país. El lunes, como entrada de 2011, otra mujer cristiana fue sorprendida y atacada por milicianos cuando estos entraron en su casa a sangre fría. Rafah Toma, se convertía en la última víctima de la violencia terrorista contra los cristianos del país. Irak ha devuelto a la opinión pública, imágenes de la dura realidad en la que minorías religiosas viven en muchos países de Oriente Próximo, donde día a día, el éxodo de cristianos cansados de esta persecución aumenta a velocidad incesante. Solamente en Irak, se calcula que unos 800.000 cristianos han abandonado el país desde 2003, cuando los grupos terroristas y Al Qaeda empezaron su particular cruzada contra las minorías religiosas y sectarias en el país.
En este duro inicio de año para las comunidades cristianas de la zona, los interrogantes y el miedo a nuevos atentados se mezclan a partes iguales. Al alam al-arby, en árabe, mundo árabe, debe de ser capaz de reflexionar y ver la evolución de sus minorías, quienes poco a poco, han optado por huir cansados de tanta amenaza. ¿Qué grado de inclusividad real hay en la democracia árabe actual? ¿Hasta qué punto la seguridad de las minorías está presente en las políticas de los gobiernos de la región? ¿Cómo debe la comunidad internacional proteger a estas minorías del peligro acechante del terrorismo y fanatismo que cree en la destrucción y el ataque a los cristianos como dogma de verdad y razón? Estás son sólo alguna de las preguntas que a cualquier actor racional se le pueden pasar por la mente. Sin embargo, los dramáticos gritos de desesperación de las manifestaciones de esta semana no se planteaban ni cuestionaban sistemas, solo que no se cierren los ojos ante la realidad de una minoría cada vez más acechada por el miedo.
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